Y recuerdo tu cara y tus ojos posados en los míos/
la fuerza de tus manos entrelazando las mías/
y el dulce sabor de tus besos y la ternura de tus caricias.
Recuerdo el calor y la humedad de tu piel/
el ritmo y el cansancio de nuestros cuerpos/
y el aliento de tu voz y tu susurro en mis oídos.
Recuerdos que hoy inhundan mi corazón/
Recuerdos que me hacen estremecer/
como aquella noche lo hiciste.
Ayúdame Dios, a manterner vivos estos recuerdos/
ayúdame, a que no sean borrados por su silencio/
porque ya no sé si estoy muerta/
o sólo es la impaciencia de su ausencia.
© Miércoles, septiebmre 20, 2006.
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