miércoles, 22 de octubre de 2014

Y ahora, quién podrá gobernarnos?...

Faltan treinta y cinco minutos para conocer a quien será el próximo presidente de este país. Sinceramente pensé que no volvería a tocar tan escabroso tema, ya que días anteriores, fue pretexto para que mi señora madre y esta pobre mustia, se enfrentaran en una batalla campal exponiendo cada una, sus puntos de vista con respecto al nefasto proceso electoral que veníamos viviendo durante los últimos días.

No cabe duda, que el futuro nos alcanza y estoy segura, que al igual que yo, miles de personas deseamos ilusamente que no llegara este día; pero el tiempo todo lo consume, mis queridos mustios…

En punto de las ocho cuarenta y cinco de la mañana, entró intempestivamente mi santa madre, abriendo apresurada la puerta de mi habitación. Medio entreabrí uno de mis modorros ojitos, percatándome que se encontraba sentada junto a mí, mostrándome orgullosa la hedionda y horrenda mancha color mierda, que le habían puesto en su debo pulgar derecho, diciéndome: 

- … yaaa levántate mija, que miraaa que hoy es un día muy importante. Correee, que tienes que ir a votar!!

Dándome vuelta, volví a cerrar los ojos pensando, entre mi modorres que desgraciadamente se había llegado el día…; igual como esperamos entusiasmados el partido que llevaría a nuestra selección mexicana a los anhelados e inalcanzables octavos de final, tema que por cierto, desde hace días ya es historia y ahora ni quien comente sobre nuestras constantes derrotas mundialistas…

Se había llegado el día de que “nos la rayaran”, bueno que nos pintaran el inche dedo gordo, que te cataloga dentro del rango del buen ciudadano que cumple con su responsabilidad cívica y democrática. Jajajaj, sí como no!!
Tomando mi tiempo, decidí estirar mi lindo cuerpecito, y haciendo caso a la dueña de mis quincenas, tomé un baño y poniéndome lo que tenía a la mano, me dispuse a emitir mi voto secreto a mi correspondiente casilla. Caminando hacia mi inevitable destino, no pude dejar de pensar que este simple acto de ir a tachar un espacio en un papel fuera tan importante y trascendente para el presente y futuro de todo un país; y le di la razón a mi sabia madre…
Cerciorándome de que efectivamente traía conmigo la credencial de elector, la observé detenidamente y no pude dejar escapar de mi linda y muy educada boquita un putaaa madre, esta foto está del nabooo!! Es preciso describirles que la fotografía es de cuando tenía 24 añoss, en la que sobresalen un par de redondos cachetotes, haciéndome ver como una bolaaaa; no me quedó más remedio que reirme de mí misma y jurar no volver a tragar por las siguientes noches, ajajaj!!!

Llegué entonces, y todavía avergonzada accedí a otorgar mi identificación, esperando que hicieran caso omiso a la pésima y nada favorable fotografía. Recibí mis boletas y me dirigí a emitir mi voto como buena ciudadana que soy. Estando ahí, encasillada en paredes de plástico, tomé el plumón como mi arma, y señalé con una cruz el candidato de mi elección. Ya más alivianada, doblé mis papelitos y los introduje en sus respectivas urnas de colores.

Por un momento imaginé escabullirme y evadir aquella apestosa marca, que minutos antes mi madrecita me había presumido orgullosamente; pero no podía huir sin recoger la única identificación que poseo. Me dirigí pues a la mesa, donde me aguardaban cuatro personas, a las que por cierto, en mi vida había visto, nombrando en voz alta mi nombre. Todavía avergonzada por la mala fotografía, me acerqué con una hipócrita sonrisa, ofreciendo mi hermoso y limpio dedito para que fuera rayado. Ahhh pa olorcito!! Qué no podrían hacerlo más agradable, no sée.. un aroma a lavanda, a vainilla o ya de jodido a guayabaa… chingaaaooo, pensé!!! En fin, todo sea por el orgullo de mostrarle a todos el sello de que efectivamente había cumplido con mi obligación ciudadana.

El día comenzó aburrido y continuó peor, con las insistentes transmisiones sobre el exitoso y democrático proceso electoral… de huevaa!!! El día siguió caminando en un ambiente de incertidumbre, hasta que mi madre un poco nerviosa no hizo otra cosa que buscar sus cerillos de la cocina y prender la bendecida veladora de San Juditas, implorándole el triunfo de su gallito amarillo; detalle que me produjo una espontánea y ruidosa carcajada!!! Encabritada me dijo: “Hasta en la política… la fe también mueve montañasss”

Pd1. Si en verdad la fe mueve montañas, por qué chingaoo no pasamos los octavos de final, porque eso sí de que bajamos a todos los santos del cielo, no solo eso, los arrastramoooos para que nos hicieran el milagrito, lástima que no sean futbolerosss!! 

Pd2. A título personal… espero que el triunfador de estas nefastas elecciones, se ponga las pilas y dirija a nuestro maravilloso país con honestidad y transparencia a mejor puerto; haciendo changuitos para que el que se siente en la silla presidencial, no nos despierte a las seis de la madrugada a dar su plan de actividades por televisión en red nacional… (espero que sepan a quien me refiero…)

© Lunes, julio 03, 2006

No hay comentarios:

Publicar un comentario